sábado, 23 de julio de 2011

Improbable.

Quieta. Ahí viene, se acerca. Aguanta la respiración. Ya está, se ha ido. Ni si quiera te ha mirado, para él eres invisible. Se ha ido a hablar con sus amigos y finalmente se va con su novia. Tonta, tonta y más tonta todavía. Dedicas cada segundo del día a pensar en él, y mientras tanto él ni siquiera sabe tu nombre. Tal vez le suenes de vista, de verte en clase, o por la calle, pero nada más. A decir verdad, ni siquiera habéis hablado.. Si exceptuamos esa vez que te pidió un bolígrafo. Pero eso a ti te ha servido para enamorarte de él, y para quedarte sonriendo como una boba cada vez que te miraba. Y lo único que puedes hacer es estar ahí, esperando. Porque... ¿Quien puede conocerlo mejor que tú? Te sabes cada una de sus sonrisas, te conoces exactamente el color de sus ojos, el sonido de su risa, el movimiento que hace con el flequillo, el olor de su colonia, cada centímetro de su cara, cada una de las fotos que ha subido al tuenti.. Así que ahí te quedas, a ver si algún día se fija en ti, aunque en el fondo, sabes que eso nunca va pasar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario