Era un día tan perfecto, que el sol brillaba allá por donde iba. Era un día tan perfecto, que los postes de electricidad se volvieron árboles, las abejas mariposas y el humo perfume. Era un día tan perfecto que las nubes dibujaban corazones y nadie era capaz de no sonreír.
Era un día tan, tan perfecto que hasta me querías.
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