Él. Él es tu mayor sufrimiento, el que te tiemblen las piernas cuando lo ves, que no te salga la voz cuando le hablas o simplemente no saber que decir. El intentar ocultar esa alegría tras una sonrisa que cada vez se hace más y más grande. Sólo él te hace cambiar de ánimo en un abrir y cerrar de ojos. Te hace sentir lo que nadie pudo antes. Sólo él es el culpable de todas tus noches en vela, de las sonrisas tímidas y caras coloradas.
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